¿A qué compañías favorece el Régimen Piloto de la UE?

La Unión Europea ha aprobado el Régimen Piloto para DLT, que eximirá a las empresas que faciliten el comercio de valores tokenizados del cumplimiento de la normativa actual. En general ha sido una iniciativa bien recibida y que en Token City consideramos muy positiva. No obstante, algunos agentes del mercado tienen una perspectiva divergente, concretamente los más grandes. Empresas como BNY Mellon, con 43 billones (trillions) de dólares en activos bajo custodia, o BNP Paribas, se quejan de que los límites de volumen del Régimen Piloto son insuficientes para la mayoría de sus clientes.

Ello obedece a que, en virtud del Régimen Piloto, cualquier plataforma de registro distribuido debe tener un límite máximo de emisión de valores de 6.000 millones de euros, o una capitalización de mercado máxima de 9.000 millones de euros. Además, cada emisión primaria de activos tiene un límite de 500 millones de euros para participaciones sociales y fondos, y de 1.000 millones de euros para bonos.

Para las empresas de mayor tamaño, estos límites complican comprensiblemente su participación en el Régimen Piloto al tiempo que, para que los agentes de menor tamaño, los límites establecidos ofrecen una fantástica oportunidad para desarrollar su tecnología y hacer crecer sus negocios, permitiéndoles hacerse con un trozo mayor del pastel.

De hecho, según la Comisión Europea, las pymes representan el 99% de todas las empresas de la UE, con dos tercios del empleo de la UE y casi el 60% del valor añadido de la UE. Se podría decir que el Régimen Piloto ha sido diseñado para ellas, máxime teniendo en cuenta que tres cuartas partes de la financiación de las pymes en la UE siguen proviniendo del sector bancario, lo cual empezará a cambiar una vez que las pymes a lo largo y ancho de la UE emitan valores y ofrezcan su negociación en el marco del Régimen Piloto. 

Esto no obsta para que las grandes empresas participen en el Régimen Piloto, puesto que sin duda lo harán. Quieren aprovechar el cambio hacia una tecnología más rápida y barata, y también ven su participación como un mensaje a la ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados) de que los registros en cuenta de los depositarios centrales de valores están obsoletos.