Las redes de pagos, empezando por Visa y SWIFT, están realizando movimientos que, por primera vez, van más allá de las criptomonedas al uso.
Ambas instituciones han anunciado recientemente movimientos estratégicos destinados a establecer un pie en la futura economía blockchain. De particular interés para la economía tokenizada es el anuncio de SWIFT de que en el primer trimestre de 2022 comenzará a explorar "cómo apoyar la interoperabilidad en el desarrollo del mercado de activos tokenizados".
SWIFT es una organización sin ánimo de lucro creada por bancos comerciales en 1973, como intermediario back-end. En términos prácticos, es un estándar de comunicación para transacciones financieras utilizado actualmente por más de 11.000 empresas en 204 países.
SWIFT tiene casi 50 años. Ha sido fuertemente criticado en tanto que sistema que debería estar ya completamente obsoleto. Su reciente anuncio sugiere que la organización ve la economía tokenizada como una ruta potencial hacia el futuro más que hacia el olvido, y SWIFT tiene con qué apoyarse.
Alude al riesgo de que, a medida que la economía tokenizada se desarrolle, “una variedad de tecnologías, plataformas y entornos regulatorios creen una maraña de conexiones para los participantes del mercado de valores”. Esto conduciría a ineficiencias, fragmentación y, en última instancia, costos más altos.
"Como cooperativa global neutral con un fuerte enfoque en garantizar la interoperabilidad y establecer estándares para la industria", SWIFT se ve en una posición única para coordinar centralmente transacciones que de otro modo se realizarían de manera bilateral. Si SWIFT consiguiera incluir a las pymes en su esquema, esta visión encajaría muy bien con la expresión última de la economía tokenizada: un entorno en el que empresas de cualquier tamaño pueden conectar entre sí para comprar o vender capital digitalizado.
Este movimiento probablemente sea una respuesta al hecho de que los gigantes bancarios ya están participando en diferentes proyectos cuyo objetivo es erigir los conductos principales de la economía tokenizada, a través de los cuales eventualmente fluirán billones en activos.
Visa, por su parte, se ha centrado en las monedas digitales de banco central (CBDCs). Recientemente anunció que lanzará un sandbox, también en el primer trimestre de 2022, en el que los bancos centrales podrán diseñar las reglas monetarias y de gobernanza de sus monedas digitales. La plataforma elegida para ello será Quorum, que es una versión "permisionada" de Ethereum.
Una vez que los bancos hayan diseñado la programación de sus CBDC en Quorum, podrán usar los conductos de Visa para distribuir la moneda a través de intermediarios financieros tal que bancos comerciales. Este es también un movimiento estratégico. Los bancos centrales han dejado claro su gran interés en las CBDC, y Visa aprovecha para habilitarles un entorno en el que pueden pasar de la investigación y el análisis a la experimentación y la práctica real.
Si los bancos centrales finalmente deciden utilizar una implantación del proyecto CBDC de Visa, ese podría ser el pase hacia el futuro que la compañía probablemente esté buscando. La tecnología de Visa es tan antigua como la de SWIFT y su papel en un mundo de dinero criptográfico no está claro, aunque es de esperar que, si Visa perdura en el nuevo paradigma, será con tecnología actualizada.
Token City es el puente definitivo hacia a la economía tokenizada (tEconomy), en la que las empresas tokenizadas (tEnterprises) crean sus mercados de cripto activos (tMarkets), abiertos a inversores globales (tCitizens).