Muchas empresas orientadas al consumidor ofrecen crédito cuando venden bienes y servicios a sus clientes, fraccionando el importe total en pagos más pequeños a lo largo de un plazo determinado. Así facilitan la compra a quienes en ese momento no pueden, o no quieren, pagar el monto completo.
Algunas pasarelas de pago, conscientes de que muchas empresas podrían mostrar interés, empezaron hace unos años a incorporar la opción "buy now pay later" como servicio complementario para grandes clientes, como aerolíneas o minoristas de gran tamaño, hasta el punto en que hoy la posibilidad de pagar a plazos se ha hecho ubicua, incluyendo la opción de hacerlo sin intereses.
Desde el punto de vista de las empresas, aplicar este modelo de financiación no está exento de riesgos: a cambio de la posibilidad de atraer más ventas, se retrasa el cobro y aumenta significativamente el riesgo de impagos. Para mitigar estos riesgos, la situación más habitual hasta ahora ha consistido en la anticipación de las cuentas a cobrar, estrategia que empieza a ser sustituida por una alternativa mejorada: tokenizar dichas cuentas.
Vistas desde la balanza de pagos, las cuentas a pagar son activos. Para mitigar el riesgo que conllevan, las empresas recurren a servicios de anticipación de deuda, que consisten en préstamos por la totalidad o una parte del valor a cobrar, con el correspondiente pago de intereses. Este tipo de préstamos surge a raíz de las dificultades de tesorería que sufren muchas de las empresas que ofrecen opción de pagar a plazos.
En un contexto en el que esta modalidad pago se impone, no ofrecerla supone renunciar a las ventas que atraerán los competidores que sí lo hagan. Por otro lado, aplicarla supone renunciar al valor actual de una parte de las ventas, al recorte de margen por el pago de intereses y a las perdidas por futuros impagos. Se trata, además, de un proceso no exento de carga administrativa y papeleo, incluyendo, claro está, las propias facturas.
Es por eso que las posibilidades que ofrecen los tokens acaparan el interés del mercado, por su flexibilidad, seguridad y rentabilidad. En lugar de depender de la ayuda de una institución financiera para anticipar los cobros, las empresas pueden convertir el activo a cobrar en tokens negociables en mercado primario, así como en mercados secundarios como el de Token City.
De esta forma, en vez de plegarse a las condiciones de un prestamista, las empresas tienen la flexibilidad de estructurar ellas mismas la operación. Los inversores del mercado primario pueden adquirir porciones tokenizadas de deuda a cambio de un retorno mensual, con la posibilidad de desinvertir a través de mercados secundarios, vendiendo sus derechos de cobro a otros inversores.
Las ventajas de aplicar este sistema a escala son tan potentes que, de hecho, los grandes bancos están testando una versión aún más avanzada, en la que las instituciones financieras compartirían un registro tokenizado de las deudas contraídas. Para los amantes de la tecnología o del ámbito financiero, el concepto ha sido recientemente descrito por Citi, aquí.
Token City is the ultimate bridge to the tokenized economy (tEconomy), in which tokenized companies (tEnterprises) create their cryptoasset markets (tMarkets), open to global investors (tCitizens).